Muros de tierra armada o tierra reforzada
Persiguiendo la idea de construir en zonas donde existe un área reducida, el suelo de cimentación es compresible y se tienen importantes limitaciones ambientales ha dado como resultado una constante evolución en la ingeniera, en lo relativo a estructuras de contención y construcción de taludes de alta pendiente.
El sistema tierra armada o tierra reforzada se basa en el refuerzo del macizo de tierra compactada mediante armaduras, las cuales pueden ser metálicas o sintéticas. Estas armaduras o flejes son los que realizan el rozamiento con el terreno. Gracias a ello el propio macizo se convierte en muro de contención, por lo tanto, no necesita cimentación alguna, debido a que su base de apoyo es toda la superficie del terraplén. Le da un plus a este tipo de muros frente otros sistemas convencionales, sobre todo en suelos de mala calidad, de baja capacidad portante y compresibles.
Este tipo de muro, está indicado en estribos de puente, debido a que evita las grandes y complejas cimentaciones típicas de estas estructuras, con la ventaja de realizar el terraplén del trasdós a medida que aumenta la altura la estructura, finalizando la obra con los trabajos de tierra y montaje de escamas al mismo tiempo, y dotando a la cara vista del muro con el aspecto característico de las escamas de hormigón prefabricadas.
Según el proyecto y el terreno, se dispone de distintos flejes o armaduras tras un minucioso cálculo, se adecuarán al terreno a la perfección ofreciendo la máxima adherencia entre las distintas capas de tierra compactada. en el caso de los flejes metálicos, este rozamiento se consigue mediante las barras transversales, que siempre deben colocarse hacia abajo y en los flejes sintéticos mediante el dibujo del propio fleje.
Los flejes sintéticos son oportunos en obras donde, ya sea por la agresividad del material de relleno, como por la existencia de corrientes parásitas, sería inapropiado utilizar las armaduras galvanizadas.
El paramento habitual lo componen las escamas cruciformes o rectangulares de hormigón típicas de Tierra Armada y VSL.
En cualquier caso, si se prefiere una diferenciación, es habitual la fabricación de placas con acabados especiales como puede ser roca, colores, formas…
Flejes geosintéticos:
Estos nuevos flejes o armaduras geosintéticas se dividen generalmente en tres tipos según la resistencia que sea necesaria (65 kN, 50 kN y 37.50 kN). Son ideales en lugares en los que las tierras son corrosivas y resulta inapropiado colocar los tradicionales flejes metálicos galvanizados.
Su instalación es más laboriosa ya que consiste en entrelazar los rollos de geosintético de 100 ml por los arranques de las placas (los arranques plásticos están embebidos en el hormigón). Una vez terminamos el rollo, se empalma con el siguiente con unas “S” dejando un empalme mínimo de 2m para evitar el deslizamiento de los flejes.
Flejes metálicos:
Estos flejes o armaduras son ideales tanto por su gran fricción con el terreno como por su velocidad de instalación, que consiste en amarrar el fleje al arranque de la placa mediante una barra de acero galvanizado y unas pequeñas cuñas plásticas, con esto conseguimos que se mantengan rígidos durante el relleno. La gran ventaja en lo referente al montaje de estos flejes es la gran velocidad de instalación.
La compactación de las tierras es crucial en la ejecución de un muro de Tierra Armada y se llevará a cabo en dos partes:
- Compactación pesada con un rodillo de aproximadamente 13 Toneladas (variable dependiendo el tipo de tierras) y la compactación ligera el metro y medio más próximo a las placas con un rodillo lanza o bandeja vibrante. Tras realizar una buena compactación, el terreno adquiere gran resistencia al corte y reduce su compresibilidad y permeabilidad.
- Previo a la compactación, se deberá regar el terreno adecuadamente, y posteriormente se realizará un análisis con un densímetro nuclear.